3 de junio de 2008

Ponencia Marco del 11 Congreso Regional del PSOE de Andalucía

Si ayer escribía en términos elogiosos de la Ponencia Marco del Congreso Federal, hoy no me queda más remedio que ser bastante más crítico con la Ponencia Marco del 11 Congreso Regional del PSOE de Andalucía (ver otros documentos y más información sobre este congreso aquí). Casi pareciera que, tras los desastrosos resultados del Partido Andalucista en las recientes elecciones autonómicas andaluzas (perdieron la representación minoritaria que tenían en el Parlamento andaluz poco después de verse apeados también de casi todos los Ayuntamientos de las grandes capitales en la región), algún estratega del Partido haya visto la luz y haya decidido apostar firmemente por un firme viraje hacia el andalucismo más descarnado. Por si cabe alguna duda, he aquí un simple botón de muestra. Se trata del párrafo 299 de la ponencia que comentamos:
Nuestra principal referencia es el padre de la patria andaluza, Blas Infante, que ya nos marcó la vía de la cohesión y la concertación a seguir cuando, hace camino ya de un siglo, nos exhortó, en referencia a la transformación de Andalucía, que, "a la hora de la resurrección, contribuyamos todos con todo nuestro entusiasmo, que todos nos sintamos igualmente redentores".
¡Ahí es nada! El texto no tiene desperdicio, la verdad. Para empezar, cuesta trabajo creer que un socialista considere a Blas Infante "nuestra principal referencia". Sus opiniones serán todo lo respetables que se quiera, pero de ahí a convertirle en referencia del socialismo andaluz media un abismo. Uno, en su infinita inocenia, siempre había pensado que nuestros referentes eran personajes como Pablo Iglesias, Julián Besteiro, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos o Victoria Kent (sí, soy consciente de que Kent no fue militante del PSOE, sino del Partido Radical Socialista de Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz, lo que no quita para que se le pueda considerar como representante de nuestra tradición), entre muchos otros personajes anónimos que entregaron su vida a la causa del socialismo en nuestra tierra. Pero ahora resulta que uno estaba equivocado y nuestro referente "principal" (según la ponencia) no es otro que el mismo individuo que en su momento nos legara citas como las siguientes:
Nosotros no podemos, no queremos, no llegaremos jamás a ser europeos. ¡Europa no; Andalucía!
Europa fue nuestra conquistadora (la de Al-Andalus) y Castilla la avanzada de su ejército que contra nosotros peleó.
Rechacemos la representación de un Estado que nos deshonra. Declarémonos separatistas de este Estado. (...) Avergoncémonos de haberlo sufrido y condenémoslo al desprecio.
En fin, que se trata de una auténtica bacanal pseudo-nacionalista que bien poco tiene que ver con la tradición ilustrada, humanista y universalista del socialismo. ¿A qué vienen esas referencias a los padres de la patria? ¿A qué esas reivindicaciones de la identidad colectiva entendida siempre de forma folklórica e impositiva? La mencionada ponencia necesita un buen remozado que, esperemos, se lleve a cabo durante las sesiones del 11 Congreso Regional. Los socialistas andaluces no tenemos necesidad de adoptar el vocabulario y las maneras de los nacionalistas para demostrar nuestro amor por la tierra ni defender nuestra labor en pos de la construcción de una Andalucía más justa. Eso lo venimos haciendo durante las tres últimas décadas con algo mucho más importante que la simple retórica separatista y patriotera: los hechos de nuestras políticas.

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